Hemos entrado en una era orwelliana en la que el derecho sustituye a la responsabilidad, la coacción se describe como compasión, la redistribución obligatoria se llama reparto, las cuotas raciales sustituyen a la diversidad y el suicidio se prescribe como "muerte digna". El discurso político se ha corrompido por completo. La razón es que si le dices directamente a la gente que quieres subirles los impuestos, transferirles su riqueza, contarlos por el color de su piel o dejar que los médicos los maten, la mayoría se opondrá. Los estatistas lo saben y por eso se ven obligados a ofuscarse.