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Soy como un niño pequeño que tiene una pelota de baloncesto y no quiere que nadie más juegue con ella. "¡Es mía, es mía y es mía!". Cuando se trata de zapatillas.
Soy como un niño pequeño que tiene una pelota de baloncesto y no quiere que nadie más juegue con ella. "¡Es mía, es mía y es mía!". Cuando se trata de zapatillas.