Autores:
  • Cuando sonrío y me divierto, es cuando deberías tener un problema. Si salgo con el ceño fruncido y cara de malo, entonces sabes que me has ganado, porque no me divierto. Llevo jugando al baloncesto desde que tenía tres años. Todo el mundo, desde que tenía tres años, intentó decirme que dejara de sonreír. Incluso mi padre. Mi padre me pidió disculpas cuando tenía diez años.

    Fuente: www.esquire.com
Citar esta página: Cita