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Dios es verdad. El universo es un sueño. Bendito soy porque sé en este momento que he sido y seré libre toda la eternidad; ... porque sé que sólo me adoro a mí mismo; que ninguna naturaleza, ningún engaño, me ha dominado. Desaparece de mí la naturaleza, desaparecen estos dioses; desaparece la adoración; ... desaparecen las supersticiones, porque me conozco a mí mismo. Yo soy el Infinito. Todo esto -la Sra. Fulana, el Sr. Mengano, la responsabilidad, la felicidad, la miseria- se ha desvanecido. Yo soy el Infinito. ¿Cómo puede haber muerte o nacimiento para mí? ¿A quién debo temer? Yo soy el Uno. ¿Debo temerme a mí mismo? ¿Quién debe temer a quién?