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A través de la práctica se ha acostumbrado a no desear nada, y para una persona sin deseos, todo sale tal y como él desea, explica el abad Doroteo. Su voluntad ha coincidido con la de Dios, y todo lo que pida, lo recibirá.
A través de la práctica se ha acostumbrado a no desear nada, y para una persona sin deseos, todo sale tal y como él desea, explica el abad Doroteo. Su voluntad ha coincidido con la de Dios, y todo lo que pida, lo recibirá.