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  • Así como Dios ilumina a todas las personas por igual con la luz del sol, los que desean imitar a Dios deben hacer brillar un rayo de amor igual sobre todas las personas. Porque allí donde desaparece el amor, aparece inmediatamente en su lugar el odio. Y si Dios es amor, el odio es el demonio. Por eso, así como quien tiene amor tiene a Dios dentro de sí, quien tiene odio dentro de sí alimenta al diablo dentro de sí.