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A veces ser diferente no va a ser lo más popular. Pero tienes que tener confianza en ti mismo y en lo que sabes que es correcto y mantenerte firme. Puedes perder amigos por ello. Incluso puede que las familias se separen por ello. Pero ese es el precio que hay que pagar. Esa es la cruz que hay que llevar cuando realmente vives tu vida para Cristo.