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Fui muy disciplinada. Sabía que tenía que volver a ponerme en forma después de seis semanas para la película Goal II, pero al final hice trampas: me puse un corsé. Me encantó mi embarazo, florecí. Me sentía como una diosa y muy segura. Me reconfortaba tener una cosita creciendo dentro de mí, y me tranquilizaba mucho.