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Los Ediles entre los romanos tenían sus puertas siempre abiertas, para que todos los que tuvieran peticiones pudieran tener libre acceso a ellos. La puerta del cielo está siempre abierta para las oraciones del pueblo de Dios.
Los Ediles entre los romanos tenían sus puertas siempre abiertas, para que todos los que tuvieran peticiones pudieran tener libre acceso a ellos. La puerta del cielo está siempre abierta para las oraciones del pueblo de Dios.