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Es cosa maravillosa que tantos, y no se les tiene por absurdos, entretengan a aquellos con quienes conversan contándoles la historia de sus dolores y achaques y se imaginen tales narraciones como su cuota de conversación.
Es cosa maravillosa que tantos, y no se les tiene por absurdos, entretengan a aquellos con quienes conversan contándoles la historia de sus dolores y achaques y se imaginen tales narraciones como su cuota de conversación.