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Así, la experiencia ha demostrado siempre que la educación, así como la religión, la aristocracia, así como la democracia y la monarquía, son, por sí solas, totalmente inadecuadas para la tarea de refrenar las pasiones de los hombres, de preservar un gobierno estable y de proteger las vidas, las libertades y las propiedades del pueblo... . La religión, la superstición, los juramentos, la educación, las leyes, todo cede ante las pasiones, el interés y el poder, que sólo pueden ser resistidos por las pasiones, el interés y el poder.