Uno de los mayores problemas de las matemáticas es explicar a los demás en qué consisten. Los adornos técnicos de la materia, su simbolismo y formalidad, su desconcertante terminología, su aparente deleite en largos cálculos: todo ello tiende a oscurecer su verdadera naturaleza. Un músico se horrorizaría si su arte se resumiera en "un montón de renacuajos dibujados sobre una hilera de líneas"; pero eso es todo lo que el ojo inexperto puede ver en una página de partituras... Del mismo modo, el simbolismo de las matemáticas es sólo su forma codificada, no su sustancia.