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  • Dios sonríe cuando le alabamos y le damos gracias continuamente. Pocas cosas sientan mejor que recibir el elogio y el agradecimiento sinceros de otra persona. A Dios también le encanta. Algo asombroso sucede cuando ofrecemos alabanza y thanksgiving a Dios. Cuando agradecemos a Dios, nuestro propio corazón se llena de alegría.