Los árboles son muy buenos amigos. Amigos firmes. Se podía confiar en que el árbol de mi hijo de cinco años estaría allí al día siguiente, acrítico y protector. Y pensemos en la contribución de los árboles a nuestras vidas. Proporcionan barcos, edificios, papel, muebles y, para los que llevan zuecos, calzado. Además de palillos de dientes y palillos chinos, ofrecen a los pajaritos un lugar cómodo donde sentarse. Y lo mejor de todo es que ayudan a producir aire respirable y a retener el carbono. Por eso estoy hablando con los Verdes sobre dar el voto a los árboles.