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El desafío moderno de la maternidad es el desafío eterno: el de ser una mujer piadosa. La misma frase suena extraña a nuestros oídos. Ahora nunca la oímos. Oímos hablar de todo tipo de mujeres: mujeres hermosas, mujeres inteligentes, mujeres sofisticadas, mujeres de carrera, mujeres talentosas, mujeres divorciadas. Pero rara vez oímos hablar de una mujer piadosa, o de un hombre piadoso. Creo que las mujeres están más cerca de cumplir la función que Dios les ha dado en el hogar que en ningún otro lugar.