Autores:
  • El teatro exigía de sus miembros resistencia, buena digestión, capacidad de adaptación y un gran sentido del humor. No había incomodidad que un actor no aprendiera a soportar. Para sobrevivir, teníamos que ser caballos y lo éramos.

    Helen Hayes (2014). “On Reflection: An Autobiography”, p.49, Rowman & Littlefield