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  • Al leer la Historia de las Naciones, encontramos que, como los individuos, tienen sus caprichos y sus peculiaridades, sus temporadas de excitación y temeridad, cuando no les importa lo que hacen. Descubrimos que comunidades enteras fijan repentinamente sus mentes en un objeto y enloquecen en su persecución; que millones de personas se impresionan simultáneamente con un engaño, y corren tras él, hasta que su atención es captada por alguna nueva locura más cautivadora que la primera.

    Charles Mackay (1852). “Memoirs of extraordinary popular delusions and the madness of crowds: Illustrated with numerous engravings. (2 Thle in 1 vol.). I”, p.7