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Tres causas especialmente han excitado el descontento de la humanidad; y, al impulsarnos a buscar remedios para lo irremediable, nos han desconcertado en un laberinto de locura y error. Son la muerte, el trabajo y la ignorancia del porvenir.
Tres causas especialmente han excitado el descontento de la humanidad; y, al impulsarnos a buscar remedios para lo irremediable, nos han desconcertado en un laberinto de locura y error. Son la muerte, el trabajo y la ignorancia del porvenir.