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Piensa en tu marido como si fuera una casa. Puedes darle una mano de pintura y cambiar los muebles de vez en cuando. Pero si estás constantemente intentando ponerle nuevos cimientos o cambiarle el tejado, tienes serios problemas.
Piensa en tu marido como si fuera una casa. Puedes darle una mano de pintura y cambiar los muebles de vez en cuando. Pero si estás constantemente intentando ponerle nuevos cimientos o cambiarle el tejado, tienes serios problemas.