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Los recuerdos de la infancia vuelven y son tan claros y vívidos que es como volver a ser joven. Los colores parecen más vivos y brillantes. La risa parece formar parte de la vida cotidiana cuando antes era infrecuente o no existía en absoluto. Una o dos llamadas telefónicas durante el día te ayudan a sobrellevar una larga jornada de trabajo y siempre te arrancan una sonrisa.