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Hay dos tipos de silencio: Uno que alimenta y consuela; otro que ahoga, asfixia y aísla. El confinamiento solitario es la peor clase de prisión que podemos infligir a otros seres humanos, y si te ves obligado a guardar silencio sobre algún oscuro secreto, vives en confinamiento solitario. Sin el puente de comunicación que te conecta con otros seres humanos, no puedes compartir tus cargas, no puedes recibir consuelo, no puedes confirmar que sigues perteneciendo al grupo. El silencio es el abismo que te separa de la esperanza.