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Para encontrar a Dios, debes buscarlo con todo tu corazón. Para permanecer presente a Dios, debes permanecer presente a tu corazón. Para oír su voz, debes escuchar con todo tu corazón. Para amarle, debes amar con todo tu corazón. No puedes ser la persona que Dios quiere que seas, y no puedes vivir la vida que Él quiere que vivas, a menos que vivas desde el corazón.