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No te subas a eso, no rompas nada, no seas tan agresivo, no seas tan ruidoso, no seas tan desordenado, no corras riesgos tan locos. Pero el diseño de Dios -que Él puso en los niños como imagen de Sí mismo- es un sí rotundo. Sé feroz, sé salvaje, sé apasionado.