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Eso es lo que Jamie no entendía: nunca era sólo sexo. Incluso el polvo más rápido, sucio e impersonal era algo más que sexo. Se trataba de conexión. Se trataba de mirar a otro ser humano y ver reflejada tu propia soledad y necesidad. Era reconocer que juntos tenían el poder de desterrar temporalmente esa sensación de aislamiento. Era experimentar lo que significa ser humano en el nivel más básico e instintivo. ¿Cómo podría describirse eso como cualquier cosa?