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Tal es tu coqueta frialdad, que no puede decir "No", y no quiere decir "Sí", y te mantiene de un lado a otro en un sotavento, hasta que empieza a soplar, Entonces ve tu corazón destrozado, con una burla interior.
Tal es tu coqueta frialdad, que no puede decir "No", y no quiere decir "Sí", y te mantiene de un lado a otro en un sotavento, hasta que empieza a soplar, Entonces ve tu corazón destrozado, con una burla interior.