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Si quieres empezar la vida a los cuarenta, debes resolver antes que nada dos grandes cuestiones personales. Debes encontrar un trabajo y un juego que no requieran más energía de la que puedas gastar en ellos. Luego debes entrenar tu mente, tus ojos y tus manos hasta el punto de trabajar y jugar con facilidad, gracia y precisión.