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  • Cuando decimos que Dios es un espíritu, sabemos lo que queremos decir, tan bien como cuando decimos que las pirámides de Egipto son materia. Contentémonos, pues, con creer que es un espíritu, es decir, una esencia que desconocemos, en la que residen originaria y necesariamente toda la energía, todo el poder, toda la capacidad, toda la actividad, toda la sabiduría, toda la bondad.

    John Adams (1856). “The Works of John Adams, Second President of the United States: With a Life of the Author, Notes and Illustrations”, p.388
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