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Recordad que el orgullo es la peor víbora que hay en el corazón, el mayor perturbador de la paz del alma y de la dulce comunión con Cristo; fue el primer pecado que existió, y yace en lo más bajo de los cimientos de todo el edificio de Satanás, y es el más difícil de desarraigar, y es la más oculta, secreta y engañosa de todas las concupiscencias, y a menudo se cuela, insensiblemente, en medio de la religión y a veces bajo el disfraz de la humildad.