-
Cuando el azar o el hambre dirigen a la trucha errante por este camino fatal, chupa con avidez el cebo enroscado, y tira y mordisquea la carne falaz. Ahora, feliz pescador; ¡ahora mueve el sedal! ¡Cómo se dobla tu caña! ¡Mira, el premio es tuyo!
Cuando el azar o el hambre dirigen a la trucha errante por este camino fatal, chupa con avidez el cebo enroscado, y tira y mordisquea la carne falaz. Ahora, feliz pescador; ¡ahora mueve el sedal! ¡Cómo se dobla tu caña! ¡Mira, el premio es tuyo!