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Nos negamos la más mínima comodidad o placer, aunque sólo cueste unos pocos dólares. Esto no es gastar con prosperidad. La prosperidad dice que puedes comer pimientos rojos en lugar de verdes, costillas en lugar de solomillo y lechuga romana en lugar de iceberg. No se trata de gastar todo lo que ganas, sino de disfrutar de lo que gastas sin sentirte culpable por ello... Los sentimientos y emociones positivas que genera el gasto próspero es lo que atrae más cosas positivas a tu vida.