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La presunción de que la ley puede decirnos cuál debe ser la institución natural es una fórmula para el totalitarismo. No hay igualdad en una familia; nunca la hay. Y sin embargo, por esa razón, la familia es condenada como patriarcal. El objetivo de este tipo de legislación es la destrucción de la familia tradicional, no sólo del matrimonio.