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Una de las muchas cosas que me gustan de trabajar con Ryan Murphy es que en este negocio siempre te encuentras en una situación muy delicada. Entras en una habitación y la gente quiere que seas como pareces o como te perciben o lo que sea en esos 10 minutos que te conocen. Creo que Ryan [Murphy] tiene una intuición que mira un poco más profundo y ve cosas que otra gente puede que no vea en ti -a veces puede que ni tú mismo las veas- pero que él sabe que están ahí y que puede que quiera que crezcan y se extiendan como actores.