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  • En el deseo debe haber una pequeña dosis de tensión. Y esa tensión viene con lo desconocido, lo imprevisible. Puedes encerrarte en casa y decir: "Vaya, por fin estoy en un lugar en el que no tengo que preocuparme", o puedes mantenerte abierto al misterio y la elusividad de tu pareja.

    Fuente: www.huffingtonpost.com