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La música. No podía estar sin ella. Mi mente no me dejaba estar sin música. Recorrí el sendero en 1995, antes de que existieran los iPod o la música en nuestros teléfonos móviles o incluso los teléfonos celulares. Así que estaba realmente ahí fuera sólo con mis pensamientos. Al cabo de unos días, en mi mente sonaba un bucle continuo de canciones en silencio.