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  • Dejé el convento porque no era una buena monja. Me di cuenta de que no lo iba a conseguir. Es muy difícil ser monja o vivir una vida religiosa. Es muy difícil vivir una vida de celibato total o una vida sin posesiones ni responsabilidades materiales en absoluto, o en total obediencia a alguien, y seguir siendo un ser humano maduro y completo, y yo sabía que no iba a ser una de esas personas.

    Entrevista con Austin Allen, bigthink.com. 16 de noviembre de 2009.