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La venganza en manos de tus enemigos es un arma cargada. Puedes suplicarles clemencia, ondear la bandera blanca de la rendición, pero el único elixir verdadero para el vitriolo que otorgan es una medida de odio dispensada por ti mismo.
La venganza en manos de tus enemigos es un arma cargada. Puedes suplicarles clemencia, ondear la bandera blanca de la rendición, pero el único elixir verdadero para el vitriolo que otorgan es una medida de odio dispensada por ti mismo.