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Tratar de llenar el agujero del tamaño de Dios en nuestros corazones con cosas que no sean Dios es como tratar de llenar el Gran Cañón con canicas.
Tratar de llenar el agujero del tamaño de Dios en nuestros corazones con cosas que no sean Dios es como tratar de llenar el Gran Cañón con canicas.