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Después de la muerte el alma posee autoconciencia, de lo contrario, sería el sujeto de la muerte espiritual, que ya ha sido refutada. Con esta autoconciencia permanece necesariamente la personalidad y la conciencia de la identidad personal.
Después de la muerte el alma posee autoconciencia, de lo contrario, sería el sujeto de la muerte espiritual, que ya ha sido refutada. Con esta autoconciencia permanece necesariamente la personalidad y la conciencia de la identidad personal.