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Cuatro expertos tenían una cita con un hombre corriente. Necesitaban que ratificara sus hallazgos, o todo lo que consiguieran carecería de sentido. Mientras se dirigían a su encuentro, atropellaron a un hombre en la carretera. Se estaba muriendo. Si intentaban salvarle, podrían faltar a su cita. Decidieron que su cita, que nos afectaba a todos, era más importante que la vida de un hombre. Siguieron adelante para acudir a su cita. No sabían que el hombre con el que iban a encontrarse era el hombre al que habían dejado morir.