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  • Hagas lo que hagas o te abstengas de hacer, imponte la tarea de la felicidad; y de vez en cuando abandónate a la alegría de la risa. Y por mucho que condenes la maldad del mundo, recuerda que el mundo no es todo maldad; que en alguna parte los niños juegan, como tú mismo en los viejos tiempos; que las mujeres aún encuentran alegría en los robustos corazones de los hombres; Y que los hombres, hollando con pies inquietos sus muchos caminos, aún pueden encontrar refugio de las tormentas del mundo en la alegre casa del amor.

    Max Ehrmann (2017). “The Desiderata of Happiness”, p.7, Souvenir Press Ltd