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La mediana edad tiene sus compensaciones. Ya no sientes la necesidad de hacer lo que no te gusta. Ya no te avergüenzas de ti mismo; te has reconciliado con lo que eres y no te importa mucho lo que la gente piense de ti.
La mediana edad tiene sus compensaciones. Ya no sientes la necesidad de hacer lo que no te gusta. Ya no te avergüenzas de ti mismo; te has reconciliado con lo que eres y no te importa mucho lo que la gente piense de ti.