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  • Sólo cuando el hombre cultive la humanidad, la sociedad brillará con resplandor y la nación y el mundo progresarán. La humanidad sólo puede promoverse a través de la espiritualidad y no por otros medios. Al igual que una semilla sólo puede brotar cuando se planta en el suelo y se riega, los valores humanos sólo pueden crecer en un suelo espiritual. Si un hombre quiere cultivar valores humanos, tiene que aplicar el abono de la espiritualidad a su corazón, regarlo con amor para que crezcan los valores humanos.