La máquina no sólo nos libera mecánicamente de un peso aplastante de trabajo físico y mental, sino que, mediante la mejora milagrosa de nuestros sentidos, a través de sus poderes de ampliación, penetración y medición exacta, aumenta constantemente el alcance y la claridad de nuestras percepciones. Cumple el sueño de todas las criaturas vivientes al satisfacer nuestro anhelo instintivo del máximo de conciencia con un mínimo de esfuerzo. Habiéndose embarcado en un camino tan provechoso, ¿cómo puede la Humanidad dejar de seguirlo?