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Lo que ocurrió tras el 11-S -y creo que incluso la gente de derechas lo sabe, lo admitan o no- fue profundamente vergonzoso. La atrocidad debería haber sido un acontecimiento unificador, pero en lugar de eso se convirtió en un tema de división. Falsos héroes como Bernie Kerik, Rudy Giuliani y, sí, George W. Bush se apresuraron a sacar provecho del horror. Y luego el atentado se utilizó para justificar una guerra no relacionada que los neoconservadores querían librar, por todas las razones equivocadas..... La memoria del 11-S ha sido irrevocablemente envenenada; se ha convertido en motivo de vergüenza. Y en el fondo, la nación lo sabe.