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El verdadero aficionado al vino sólo puede disfrutarlo junto a sus amigos, compartiendo con ellos el arte de la conversación y el arte de beber. En efecto, el vino es esencialmente un signo de civilización, un factor de sociabilidad, de amistad.
El verdadero aficionado al vino sólo puede disfrutarlo junto a sus amigos, compartiendo con ellos el arte de la conversación y el arte de beber. En efecto, el vino es esencialmente un signo de civilización, un factor de sociabilidad, de amistad.