Las chicas llegan a la banda por razones muy distintas a las de los chicos. Para los chicos de comunidades marginadas, tienen un problema de género, y lo resuelven a menudo a través de la pertenencia a una banda. Encuentran una forma de masculinidad que reafirma su importancia en una sociedad que, en su mayoría, los ignora. En el caso de las chicas, salen de entornos más dañados. Sus familias son a menudo la razón por la que se ven empujadas a formar parte de una banda.