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  • A medida que las industrias emigran hacia Extremo Oriente, el futuro de muchas ciudades occidentales ya no residirá en la fabricación de productos, sino de ideas y patentes. Las élites jóvenes y móviles pueden elegir dónde quieren vivir y mudarse con facilidad, lo que significa que las ciudades están inmersas en una acalorada competencia por atraer a los mejores. Sólo las ciudades más atractivas pueden beneficiarse de esta evolución.

    Fuente: www.spiegel.de