-
La persona más ignorante, por un precio razonable, y con un poco de trabajo corporal, podría escribir libros de filosofía, poesía, política, leyes, matemáticas y teología, sin la menor ayuda del genio o del estudio.
La persona más ignorante, por un precio razonable, y con un poco de trabajo corporal, podría escribir libros de filosofía, poesía, política, leyes, matemáticas y teología, sin la menor ayuda del genio o del estudio.