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Con todas las fuerzas de mi alma, testifico que Dios vive, que Su
Hijo Amado es la primicia de la Resurrección, que el Evangelio de
Jesucristo es esa luz penetrante que hace de toda desesperanza
una mañana alegre.
Con todas las fuerzas de mi alma, testifico que Dios vive, que Su
Hijo Amado es la primicia de la Resurrección, que el Evangelio de
Jesucristo es esa luz penetrante que hace de toda desesperanza
una mañana alegre.