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No hay que meterse con un rinoceronte negro embistiendo. Cuando se dirige directamente hacia ti, es el mejor ejercicio de control de esfínteres. En mi caso, fue una extraña circunstancia meteorológica la que provocó que uno me embistiera.
No hay que meterse con un rinoceronte negro embistiendo. Cuando se dirige directamente hacia ti, es el mejor ejercicio de control de esfínteres. En mi caso, fue una extraña circunstancia meteorológica la que provocó que uno me embistiera.